Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES)
Los AINE son medicamentos que alivian el dolor y la inflamación en enfermedades reumáticas como la artritis y la osteoartritis, al bloquear sustancias que causan inflamación. Incluyen ibuprofeno, naproxeno y celecoxib, pero deben usarse con supervisión médica por posibles efectos secundarios en el sistema digestivo, riñones y corazón.
Corticosteroides
Son potentes antiinflamatorios usados en muchas enfermedades reumáticas para aliviar síntomas a corto plazo. Aunque efectivos, requieren supervisión médica debido a posibles efectos secundarios, como osteoporosis y aumento de peso, y están contraindicados en esclerosis sistémica. Pueden administrarse de forma cutánea, oral, intraarticular o intravenosa, siempre por especialistas.
Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad
Los FAME son medicamentos que, además de aliviar síntomas, ralentizan el avance de enfermedades como la artritis reumatoide, protegiendo las articulaciones. Incluyen metotrexato y sulfasalazina, que actúan sobre la inflamación para prevenir daño articular. Su efecto completo tarda semanas o meses, y requieren seguimiento médico regular para controlar eficacia y posibles efectos secundarios.
Medicamentos Biológicos
Los agentes biológicos son tratamientos avanzados para enfermedades autoinmunes y actúan bloqueando proteínas inflamatorias específicas del sistema inmunológico. Son recomendados cuando los FAME tradicionales no funcionan, e incluyen inhibidores del TNF como infliximab y etanercept. Aunque efectivos, aumentan el riesgo de infecciones y requieren vigilancia médica constante.
Medicamentos para la Osteoartritis.
Alivio y Reparación
Los medicamentos para la osteoartritis buscan aliviar el dolor y ralentizar su avance. La diacereína ayuda a reducir la progresión de la enfermedad, mientras que la glucosamina con condroitina mejora la flexibilidad y funcionamiento de las articulaciones al actuar como lubricantes y soportes naturales.
Tratamientos para la Osteoporosis.
Reforzadores del Esqueleto
El ácido zoledrónico y denosumab son tratamientos para fortalecer los huesos: el primero se administra anualmente por vía intravenosa para prevenir fracturas, y el segundo, cada seis meses, inhibe la pérdida ósea. Teriparatida, estimula la formación de hueso nuevo y se aplica diariamente, ayudando a aumentar significativamente la densidad ósea.
Inhibidores de molécula pequeña
Son medicamentos de última generación que actúan bloqueando las vías de señalización dentro de las células y detienen la inflamación. Son una opción oral para los pacientes que han tenido una respuesta inadecuada a otros tratamientos. Se dividen en inhibidores de la Janus Quinasa (JAK) [tofacitinib] e inhibidores de PDE4 (Fosfodiesterasa 4) [Apremilast]
Inhibidores de Th17 y Th23
Estos innovadores tratamientos como secukinumab (Th17) y ustekinumab (Th23) bloquean estas proteínas que actúan como mensajeros propagadores de la inflamación por lo que ofrecen alivio donde otros tratamientos para la artritis psoriásica fallan.
Tratamientos de la gota
Alopurinol y Febuxostat: Son esenciales para reducir los niveles de ácido úrico y prevenir los ataques de gota, manteniendo las articulaciones libres de los cristales dolorosos que causan inflamación.
Los medicamentos juegan un papel crucial en el manejo de las enfermedades reumáticas, aliviando los síntomas y evitando deformaciones importantes.
Tengo convenios con centros de infusión donde se te dará una resolución atenta y el trato humano que mereces.
Existen medicamentos que requieren administración por vía intravenosa, entre ellos se encuentran principalmente: Metilprednisolona, Ciclofosfamida, Rituximab, Infliximab y Ácido zolendrónico.
Puedes ponerte en contacto conmigo para conocer si alguno de estos es ideal para ti.
Las infiltraciones ofrecen un alivio rápido y efectivo.
Son procedimientos terapéuticos donde se aplican medicamentos cerca de tendones o espacios articulares y se recomienda en casos en los que el dolor no responde a fisioterapia ni tratamientos antiinflamatorios locales o sistémicos.
Las infiltraciones permiten:
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Disminuir el dolor
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Disminuir la inflamación
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Mejorar la función de la articulación
Se aplican con mayor frecuencia en zonas como:
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Rodillas
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Muñecas
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Hombros



Problemas de las articulaciones
Artritis reumatoide
Lupus eritematoso sistémico
Polimialgia reumática
Síndrome seco y síndrome de Sjögren
Esclerosis sistémica
Miositis / Miopatía inflamatoria
Espondiloartropatías y espondilitis anquilosante
Síndrome de anticuerpos antifosfolípidos
Artritis psoriásica
Vasculitis
Fibromialgia
Enfermedades por implantes (mamarios, labios, glúteos)
La reumatología es esencial para el diagnóstico
y manejo de enfermedades autoinmunitarias y trastornos musculoesqueléticos.
Estas son algunas de las enfermedades más comunes que trato.

Ultrasonido musculoesquelético
El ultrasonido musculoesquelético es una herramienta que diagnóstica en tiempo real, y evalúa los principales tejidos comprometidos en diversas enfermedades reumatológicas.
Es seguro pues no utiliza radiación, es eficiente y detalla, en alta resolución, las estructuras superficiales y subyacentes.
Es una herramienta que complementa el examen clínico y otras modalidades de imagen en la práctica de la reumatología moderna.
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Artritis reumatoide
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Evaluación de sinovitis
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Espondiloartritis
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Artritis gotosas
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Lesiones tendinosas
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Evaluación de Bursitis
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Evaluación de derrame articular
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Neuropatías compresivas

Biopsias
Son procedimientos indispensables que permiten obtener muestras de tejido para un análisis detallado y directo. Influyen en el diagnóstico y manejo de algunas enfermedades reumáticas.
Biopsia muscular: Tiene una especificidad del 85% y puede descifrar miopatías inflamatorias. Muestra patrones específicos de inflamación o daño.
Biopsia de glándula salival: Tiene una eficacia del 86% para el diagnóstico de Síndrome de Sjögren. Es un procedimiento ambulatorio que no requiere internamiento.
Biopsia de piel: Tiene una sensibilidad de hasta 85% para identificar condiciones como Lupus cutáneo, vasculitis de Henoch-Schönlein y Dermatomiositis

Capilaroscopía
Es un estudio no invasivo que permite observar los capilares (pequeños vasos sanguíneos) en la base de las uñas, utilizando un microscopio o videocapilaroscopio. Es clave para evaluar la microcirculación y detectar cambios en los vasos sanguíneos que pueden estar asociados con distintas enfermedades.
Ayuda a detectar las alteraciones en la circulación capilar. También permite evaluarla gravedad de estas condiciones y monitorear el tratamiento.
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Esclerodermia
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Daños en capilares por Lupus Eritematoso Sistémico
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Síndrome de Raynaud
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Artritis Reumatoide y seguimiento de la microcirculación
La capilaroscopía es indolora y segura, permite un diagnóstico temprano y ayuda en la toma de decisiones sobre el tratamiento adecuado para mejorar la calidad de vida del paciente.